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The end of Return to Monkey Island

Después de haberlo dejado pendiente durante semanas a causa de estar en medio de una mudanza, al final ayer lo pude completar.

Sinceramente, me ha gustado bastante más de lo que esperaba, por lo que me iban comentando los amigos que ya lo había jugado y que algunos habían terminado decepcionados con el final.

El juego, y esto es importante tenerlo en cuenta, es claramente una referencia a los dos primeros Monkey Islands. También incluye algunas referencias a los juegos posteriores e incluso aparece Murray, la calavera psicópata de la tercera parte, pero en su mayoría, es un tributo a los dos juegos que realizó Ron Gilbert en los 90.

Pero el juego, en realidad, no es una continuación directa de la saga tal donde quedó en Monkey Island 2, a pesar de que el prólogo concluye lo sucedido en el parque de atracciones de una forma diferente a como lo hicieron en la tercera entrega, enlazando de esta forma con esta nueva historia.

Y es lo primero que notas al llegar a Melee Island… Es lo mismo, pero diferente. Ya no están los piratas jefes que te iniciaron en las tres pruebas… De hecho, ni siquiera existen las tres pruebas. Tampoco está el comerciante gruñón y pervertido en la tienda, ni Stan vende barcos, ni siquiera Elaine, que ahora es la esposa de Guybrush, sigue gobernando la isla.

Podríamos decir que lo único que persiste es la enemistad entre Guybrush y LeChuck, que ya no se dedica a aterrorizar al resto de piratas, si no que está ofuscado en ganar la carrera por descubrir el secreto de Monkey Island para, de alguna forma, conquistar a Elaine.

Y durante el juego, progresivamente nos van introduciendo la idea de que deberíamos desistir de esa obsesión, de que después de treinta años, seguramente nuestras expectativas no van a cumplirse cuando lo encontremos.

Y es aquí donde creo que hay una diferencia entre saber apreciar el final y que te decepcione.

Los primeros juegos

Cuando yo jugué The Secret of Monkey Island tenía unos 14 años y fue una aventura que me marcó, ya que fue mi primera aventura gráfica y me descubrió un género que acabó siendo mi favorito.

Cuando yo jugué The Secret of Monkey Island, tenía unos 14 años y fue una aventura que me marcó.

Un año mas tarde conseguí la segunda parte, LeChuck Revenge, aunque no pude jugarlo hasta un par de años después, ya que mi ordenador no era lo suficientemente potente para correrlo, y os aseguro que fue una espinita que tuve clavada durante todo ese tiempo, hasta que al final, pude pasármelo.

Casualmente, por aquellas fechas salía Monkey Island 3 y ya me había cambiado de ordenador, así que pude disfrutarlo con sus gráficos de alta calidad, música digitalizada y doblaje en castellano…

Pero como le sucedió a muchos aficionados de la saga, acabé decepcionado porque aquel secreto que tanto tiempo habíamos estado esperando, pasó a ser un gag, una burla, algo que nos dejó insatisfechos y que achacamos a que el juego no lo había desarrollado Ron Gilbert.

Los años que le precedieron

Pasaron los años y el propio Ron Gilbert, alejado ya de LucasArts y de la saga, comentó en varias ocasiones que él hubiese continuado la saga de una forma distinta y que, si algún día tuviese la oportunidad, contaría el final de SU historia.

Durante estos veinticinco años que nos separan de la salida de Monkey Island 3 hasta que hemos podido jugar Return to Monkey Island, a Ron Gilbert se le acosó hasta tal punto con preguntas acerca del verdadero secreto de Monkey Island, que tuvo que colocar un aviso en su blog, para que no le insistieran con ese tema.

La historia de amor-odio que tuvo Ron Gilbert con la saga es más compleja, pero basta con decir que fue algo que le persiguió mucho tiempo y por ese motivo, trató de desvincularse de la saga hasta que en 2010, Telltale Games le invitó para colaborar en Tales of Monkey Island. En ese momento abrió el baúl de los recuerdos y escribió un artículo en su blog que yo traduje en su día y que aún podéis leer aquí.

Acerca del final

Finalmente llegamos a la conclusión del juego, tras unas doce horas de haber disfrutado del mismo humor que formaba parte de los primeros títulos, una travesía imposible, la obtención del mapa, la búsqueda de las cinco llaves y el descenso a la gran cabeza del mono… Obtienes una camiseta… ¡¡¡Una estúpida camiseta!!!

Y si amigos, ese es el verdadero secreto de Monkey Island. No me refiero a la camiseta si no al último estúpido chiste en un juego cuya finalidad es hacerte reír.

Mucha gente se ha decepcionado ¿Qué esperabais? ¿Grandes riquezas? ¿El secreto de la vida eterna? ¿Una pizza con piña que fuese comestible?

Pensemos un momento en el Guybrush del primer juego, ese aspirante que soñaba con convertirse en pirata y con el amor de la gobernadora y ahora pensemos en el Guybrush de esta última entrega… Un pirata adulto al que le han dedicado un museo (aunque sin reconocimiento), que ha vencido en varias ocasiones a LeChuck, que se ha casado con la gobernadora y que incluso tiene un hijo…

El secreto de Monkey Island no le iba a aportar nada a Guybrush mejor que lo que consiguió durante este viaje que han supuesto los seis juegos que conforman la saga, así que ¿Qué mejor final que terminar con un poco de humor?

Pero esta es mi visión del final de Monkey Island. Como muy bien dice el juego, el secreto de Monkey Island es algo diferente para cada uno, dependiendo de lo que hayas vivido tú esta aventura.

¿Al final era todo mentira en una atracción? o ¿Esa atracción no era más que un tributo a la historia que vivió realmente Guybrush? ¿Realmente el secreto de Monkey Island era una camiseta?

La despedida de Ron Gilbert y Dave Grossman

En el juego, los desarrolladores, nos dejan una carta que escribieron justo cuando empezaban con el proyecto, compartiendo los sentimientos que tenían acerca de esta aventura.

Conclusión

El juego me ha gustado, desde el principio con ese preludio que cerraba el misterio de «Qué había pasado con el final de Monkey Island 2» hasta el propio final donde tenemos que cortar la luz de la atracción y regresar a casa.

Tal vez, me hubiese gustado volver a ver a los caníbales vegetarianos o un último combate de insultos que recordase a esa mítico sistema de combate del primer juego… Incluso un último combate con LeChuck, pero creo que esa no era la intención de los desarrolladores.

Me he reído, he disfrutado y, sobre todo me he emocionado con este juego y lo sé, porque me queda la misma sensación que tengo al leer un libro que me apasiona y que termina, sabiendo por el final que tiene, que no habrá otra secuela.

¿Y vosotros? ¿Como habéis vivido este final de la saga? No dudéis en compartirlo en la sección de comentarios.

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