Han pasado ya once años desde que nos quedamos sin Megaupload, la principal página web de transferencias de archivos que había a finales de los 2000 y que dejó a millones de usuarios sin acceso a sus archivos, de la noche a la mañana.
Algunas empresas de Estados Unidos llevaban años intentando luchar contra la piratería y presionaron al gobierno de Obama, para que finalmente en 2012 el FBI asaltase la casa de Kim Dotcom, el propietario de Mega, en Nueva Zelanda e incautase los servidores de Megaupload.
La operación fue una chapuza de principio a fin, desde el arresto de Dotcom hasta los argumentos que habían esgrimido, ya que dos años antes, Google había tenido juicios por los mismos motivos, y entonces fueron absueltos, ya que ellos no controlaban lo que los usuarios subían a sus servidores.
Megaupload nació en 2005 y hasta 2012 nadie tuvo demasiados problemas con ellos, cumplían las normas del Digital Millenium Copyright Act (el motivo por el que Google fue absuelto años antes) e incluso habían facilitado el acceso a las empresas propietarias de los derechos de esos contenidos, para que los borrasen directamente.
Realmente Megaupload no apoyaba la piratería, a pesar del uso que le dábamos los usuarios.
¿Qué paso entonces para que fuese tan urgente cerrar Megaupload?
Megaupload, que ya tenía un servicio parecido a Youtube llamado Megavideo, había anunciado un nuevo servicio donde los artistas podrían subir sus obras musicales sin necesidad de intermediarios y que se llevarían el 90% de los beneficios.
Yo siempre creí que fue precisamente el anuncio de este servicio, que iba a hacer tambalear la industria musical de EEUU, la que propició las presiones de ciertas empresas multimillonarias que estaban costeando la campaña de reelección de Obama, para que protegiesen su modelo de negocio.
En 2013 Kim Dotcom anunció en Twitter que iba a lanzar “Mega”, un nuevo servicio que revolucionaría internet ofreciendo espacio web cifrado, con una capa de seguridad que impediría a ningún gobierno, ni siquiera a ellos mismos, saber lo que estabas alojando en sus servidores.
Al principio “Mega” tuvo mucho revuelo, pero al poco tiempo el propio Dotcom se desligó del proyecto diciendo que no nos podíamos fiar de esa web, que ahora pertenecía al gobierno de Nueva Zelanda.
Hoy día Mega parece pertenecer a un multimillonario chino que está buscado en su propio país por fraude, pero a pesar de ello, se utiliza como uno de los muchos servicios de alojamiento de ficheros que existen en la actualidad.
Las consecuencias
Las secuelas de la desaparición de megauplaod fue, sin duda, el contenido que había estado subiendo todo el mundo allí y que se terminó perdiendo.
Muchas series antiguas que ya no interesan a mucha gente acabaron desapareciendo.
Y si, puede parecer que estoy hablando de piratería pero en realidad estoy hablando de poder acceder a ese contenido, de preservación y acceso a material que no se emite en ningún otro sitio y que ni siquiera, se puede comprar en bluray o DVD.